Las Plaquetas
Son
segmentos de megacariocitos cuya principal función es la de detectar cualquier
daño en el endotelio vascular, e interactuar con el factor von Willebrand para
iniciar un proceso local de coagulación que evite una hemorragia hacia los
tejidos o hacia el exterior. Adicionalmente, participan en varios de los
mecanismos de respuesta inmune como inflamación, angiogénesis, desarrollo de
canales linfáticos y en procesos patológicos como el crecimiento de tumores y
desarrollo de arterioesclerosis.
Se originan en la médula ósea a partir de los
megacariocitos, células que producen 100 millardos de plaquetas al día, con lo
cual se asegura una población de un trillón de ellas en la circulación. Su vida
media es de 8 a 10 días. Tienen un citoesqueleto bien desarrollado. Sus
funciones hemostáticas están a cargo de diferentes gránulos citoplasmáticos,
los más abundantes de los cuales son los α, 40 a 80 por plaqueta, responsables
de las funciones procoagulantes. Otros gránulos contienen diversas moléculas
como quimiocinas, de adherencia, mitogénicas, lisosozimas y factores
reguladores de la angiogénesis. Cuando la respuesta inmune lo requiere, tienen
la capacidad de generar 300 moléculas diferentes.
Las
plaquetas son la fuente principal de TGFβ, factor inmunosupresor, que actúa por
medio de diferentes receptores, como los para IL-1, y CD154 (ligando para la
CD40). Estas moléculas inducen la adhesión al endotelio alterado de
polimorfonucleares y células dentríticas y estimulan la producción de
citoquinas proinflamatorias. Participan, por lo tanto, en la regulación de los
procesos inflamatorios e interactúan con diferentes subpoblaciones de
linfocitos para reforzar la respuesta inmune adquirida o específica.
Las
plaquetas participan en los procesos inflamatorias al ser activadas por el
factor activador de las plaquetas (PAF), producido por macrófagos, eosinófilos,
polimorfonucleares, mastocito y células endoteliales. Este factor es la
sustancia biológica con mayor actividad vasodilatadora, capaz de producir
edema, contracción de músculo liso, tanto del árbol pulmonar como del sistema
coronario, hasta el punto de poder inducir paro cardíaco e hipotensión
sistémica. Su efecto vaso activo es mil veces superior a la histamina. Tiene
múltiples funciones relacionadas con el proceso de la inflamación y con la
regulación de la respuesta inmune. Incrementa la agregación de las plaquetas y
su degranulación con la liberación de factores de la coagulación. Sobre los
polimorfonucleares actúa incrementando su actividad quimiotáctica, liberando
lisozima, produciendo superóxido y liberando eicosanoides. Las plaquetas
expresan TLRs 1, 2, 3 y 9 que les facilitan el reconocimiento de diferentes
PAMPs, y la iniciación de acciones antimicrobianas gracias a la generación de
trombocidinas, moléculas aglutinantes que facilitan el que los patógenos sean
atrapados por los fagocitos. Participación en la patogenia de la artritis
reumatoide con la liberación de micropartículas que participan activamente en
el proceso inflamatorio articular. La producción de anticuerpos contra
diferentes componentes de las plaquetas genera afecciones que pueden ser
mortales.
Bibliografía
• Rojas M. Williams. (2015). Inmunología de Rojas, 17ª edición,
Colombia: Fondo editorial.
- Ross, M. H., W. Pawlina, Histología: Texto y Atlas Color con Biología Celular y Molecular, Ed. Panamericana, 6ª ed., 2013.